Rumbo norte.
ℓ 11° 58,5’ N.
Más no bajaremos. Y no es por falta de sueños. Los Testigos, Blanquilla, Isla Tortuga, Los Roques, Las Aves, Panamá… Hay que dejar algo para el siguiente viaje…
Con hondo pesar orientamos la aguja hacia la “N” del compás.
St. Georges nos vuelve a recibir. Vamos a revisar su examen.
Caminamos entre sus callejuelas e intentamos mezclarnos con la gente en el mercado. Sólo conseguiremos parecernos a los turistas de uno de los muchos cruceros que aquí llegan. Es imposible integrarse con sus habitantes, y no es sólo por el color… En cambio, y poco a poco, nos damos cuenta de que realmente es una de las capitales más bellas de las islas de barlovento. Le ponemos un notable alto.
Navegar ahora es luchar contra el viento. Vamos a la mala. Los alisios de 20 nudos son para nosotros un aparente de 26. ¿Motor o innumerables bordos hasta Sandy Island?, esa es la cuestión. El petróleo gana la partida.
Sandy Island, Hillsborough para la salida de Grenada y Union para la entrada en St. Vincent. Ayudamos a Penélope a deshacer el tapiz que lentamente había tejido durante nuestra bajada y que ahora debe desmontar hasta nuestro retorno, cuando la decisión de navegar al Pacífico pueda ser tomada…
Los lugares en los que hemos estado son diferentes a los ojos de una segunda mirada. Bellos, cálidos, acogedores y tranquilos siguen siendo, pero una agradable familiaridad invade nuestra nueva visita. Los arrecifes y escollos parecen menos traicioneros…
El Paraíso nos regala una segunda oportunidad. Seguro que San Pedro nos amonesta por haber escapado la primera vez. Intentaremos no volverlo a hacer…
Echamos el ancla en Los Tobago Cays!!!
Nada ha cambiado aquí. Las aguas turquesas siguen envueltas por los alisios, mientras la sal, la arena, las palmeras y la felicidad siguen vistiéndonos de blanco y con alas. ¿Barcos?, seguimos sin ver ninguno!!!
Con tristeza nos enteramos de que no podemos quedarnos. Nos falta caridad, comprensión, trabajo, o quizás oraciones… Nos anuncian que vamos por buen camino, que esforzándonos un poco más lo tendremos ganado, pero que todavía no. El mundo real seguirá tendrá que seguir contando con nosotros un poquito más…
Bequia de nuevo. Las escalas de subida son las como piedras estratégicamente colocadas para vadear ríos. Pasos cortos y zancadas largas, salpicón, fango y resbalón. La otra orilla se acerca.
La intensidad de los segundos encuentros es siempre mayor. Así fue con el “Ágora”, de una familia mallorquina. Entre patatas fritas, pizza, costillas a la bbq y “cheeseburguers” nos conocimos un poco más. A bientôt!!!
El capitán Jack Sparrow, Will Turner y Elisabeth nos miran otra vez desde “La Perla Negra”. Wallilabou, St. Vincent, fue el decorado de la película. Los restos de cartón piedra aún bailan al recordar las fiestas de Johnnie Depp, Orlando Bloom y Keira Knightley en la playa. Hélène está encantada!!! El “Sula” actúa de “Interceptor”.
La gente de St. Vincent es encantadora. El paisaje conmovedor. ¿Porqué no hemos parado antes?
Sólo nos queda una escala y ya estaremos en Martinique. Nos quedan dos tramos contra el alisio. De St. Vincent a St. Lucía y de allí a Martinique. Varios veleros participamos en una regata no anunciada, anónima e inexistente… Seguramente es inconfesable, pero todos trimamos las velas con interés vencedor. Es una buena manera de hacer andar al “Sula” y sonreír al mar y al alisio. Hasta Rodney Bay sólo nos gana un “maudit francés”, vecino en Wallilabou, y durante la travesía a Le Marin un “fucking inglés” se mantiene durante las 22M tercamente a la misma distancia mientras juntos adelantamos a los demás. Dos navegaciones para recordar.
Ste. Anne nos acoge de nuevo. La transición a Europa será aquí más fácil. Foccacia y Bagels para reponer energías. Mañana será un día duro.
Y así, tranquilamente anclamos en Le Marin. Hemos llegado.
Una última sorpresa, el “Luziana” también está aquí. La providencia…
ℓ 11° 58,5’ N.
Más no bajaremos. Y no es por falta de sueños. Los Testigos, Blanquilla, Isla Tortuga, Los Roques, Las Aves, Panamá… Hay que dejar algo para el siguiente viaje…
Con hondo pesar orientamos la aguja hacia la “N” del compás.
St. Georges nos vuelve a recibir. Vamos a revisar su examen.
Caminamos entre sus callejuelas e intentamos mezclarnos con la gente en el mercado. Sólo conseguiremos parecernos a los turistas de uno de los muchos cruceros que aquí llegan. Es imposible integrarse con sus habitantes, y no es sólo por el color… En cambio, y poco a poco, nos damos cuenta de que realmente es una de las capitales más bellas de las islas de barlovento. Le ponemos un notable alto.
Navegar ahora es luchar contra el viento. Vamos a la mala. Los alisios de 20 nudos son para nosotros un aparente de 26. ¿Motor o innumerables bordos hasta Sandy Island?, esa es la cuestión. El petróleo gana la partida.
Sandy Island, Hillsborough para la salida de Grenada y Union para la entrada en St. Vincent. Ayudamos a Penélope a deshacer el tapiz que lentamente había tejido durante nuestra bajada y que ahora debe desmontar hasta nuestro retorno, cuando la decisión de navegar al Pacífico pueda ser tomada…
Los lugares en los que hemos estado son diferentes a los ojos de una segunda mirada. Bellos, cálidos, acogedores y tranquilos siguen siendo, pero una agradable familiaridad invade nuestra nueva visita. Los arrecifes y escollos parecen menos traicioneros…
El Paraíso nos regala una segunda oportunidad. Seguro que San Pedro nos amonesta por haber escapado la primera vez. Intentaremos no volverlo a hacer…
Echamos el ancla en Los Tobago Cays!!!
Nada ha cambiado aquí. Las aguas turquesas siguen envueltas por los alisios, mientras la sal, la arena, las palmeras y la felicidad siguen vistiéndonos de blanco y con alas. ¿Barcos?, seguimos sin ver ninguno!!!
Con tristeza nos enteramos de que no podemos quedarnos. Nos falta caridad, comprensión, trabajo, o quizás oraciones… Nos anuncian que vamos por buen camino, que esforzándonos un poco más lo tendremos ganado, pero que todavía no. El mundo real seguirá tendrá que seguir contando con nosotros un poquito más…
Bequia de nuevo. Las escalas de subida son las como piedras estratégicamente colocadas para vadear ríos. Pasos cortos y zancadas largas, salpicón, fango y resbalón. La otra orilla se acerca.
La intensidad de los segundos encuentros es siempre mayor. Así fue con el “Ágora”, de una familia mallorquina. Entre patatas fritas, pizza, costillas a la bbq y “cheeseburguers” nos conocimos un poco más. A bientôt!!!
El capitán Jack Sparrow, Will Turner y Elisabeth nos miran otra vez desde “La Perla Negra”. Wallilabou, St. Vincent, fue el decorado de la película. Los restos de cartón piedra aún bailan al recordar las fiestas de Johnnie Depp, Orlando Bloom y Keira Knightley en la playa. Hélène está encantada!!! El “Sula” actúa de “Interceptor”.
La gente de St. Vincent es encantadora. El paisaje conmovedor. ¿Porqué no hemos parado antes?
Sólo nos queda una escala y ya estaremos en Martinique. Nos quedan dos tramos contra el alisio. De St. Vincent a St. Lucía y de allí a Martinique. Varios veleros participamos en una regata no anunciada, anónima e inexistente… Seguramente es inconfesable, pero todos trimamos las velas con interés vencedor. Es una buena manera de hacer andar al “Sula” y sonreír al mar y al alisio. Hasta Rodney Bay sólo nos gana un “maudit francés”, vecino en Wallilabou, y durante la travesía a Le Marin un “fucking inglés” se mantiene durante las 22M tercamente a la misma distancia mientras juntos adelantamos a los demás. Dos navegaciones para recordar.
Ste. Anne nos acoge de nuevo. La transición a Europa será aquí más fácil. Foccacia y Bagels para reponer energías. Mañana será un día duro.
Y así, tranquilamente anclamos en Le Marin. Hemos llegado.
Una última sorpresa, el “Luziana” también está aquí. La providencia…
3 comentarios:
Bé, ara sé que encara sou allà...
Entro de nou al blog i veig el vostre vitge de tornada: melancòlic, ì divertida alhora la regata que us heu montat (com si no et conegués jo a tú!)
Que tingueu bons vents fins a la Martinica. I bon vol fins a Barna. Esperem neguitosos... :)
Petons, navegants!!!
Lourdes
Me he pasado un buen rato viendo vuestro blog. Cuánta luz, cuántos colores, cuánto mar.... Gracias por contarlo tan bien ,por tantas fotografías. Lo importante es que lo habéis vivido. Enhorabuena.
Des de ca meva a Palma m'emocionat quan llegint es teu maravellós relat des viatge, hem aparegut noltros. Preciós viatge, només pens en tornar.
Que vagi bé sa tornada.
Càndida
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